de Sobico, Claudia
editado por Alto Pogo
Mi suegro sabe contar de sus años en Grafa. Como ayudante, su trabajo consistía en vigilar el trabajo de una máquina enorme que sacaba los rollos de tela. Él y sus compañeros de turno aprovechaban las horas muertas de la vigilancia para contarse chistes, hablar de sus familias, de otras mujeres, echarse a dormir una siesta o hacer un asado los viernes a la noche. En su recuerdo idealizado la fábrica es sinónimo de camaradería y ascenso social.