La Grafa

Si en la infancia los padres son los dioses, las tías y los tíos vendrían a ser divinidades menores, mitológicas, a las que veneramos o tememos. En La Grafa, los tíos varones son ovejas descarriadas: locos, alcohólicos, vagos, charlatanes. Mientras sus esposas crían hijos, viajan, trabajan, mantienen la cordura. El clan familiar parece un barquito surcando las aguas tumultuosas de la vida y de la historia. Una nave precaria donde salvarse o naufragar.

de Sobico, Claudia

editado por Alto Pogo

Mi suegro sabe contar de sus años en Grafa. Como ayudante, su trabajo consistía en vigilar el trabajo de una máquina enorme que sacaba los rollos de tela. Él y sus compañeros de turno aprovechaban las horas muertas de la vigilancia para contarse chistes, hablar de sus familias, de otras mujeres, echarse a dormir una siesta o hacer un asado los viernes a la noche. En su recuerdo idealizado la fábrica es sinónimo de camaradería y ascenso social.